
La académica que dirigirá una sección clave del MoMA
Estará al frente de un nuevo instituto de estudios y se incorpora al departamento de arte latinoamericano.

Comunidad. La investigadora destaca que, en el museo neoyorquino, trabajará con un equipo curatorial experto en el arte de la región. / Alejandra López
– ¿Hay un renovado interés institucional en el arte argentino? ¿A qué pensás que se debe?¿Tu doble nombramiento es una oportunidad para profundizarlo?
– Sí, por supuesto, a todo lo que vino sucediendo hay que agregar el reciente nombramiento de Ana Longoni en el Reina Sofía, que me parece que marca un antecedente muy importante que también habla de ese interés. Creo que sí, que hay un interés que no es sólo por el arte argentino sino por una perspectiva más amplia, que implica a toda América Latina, y desde diversas instituciones. Me parece que nos ha acercado muchísimo al panorama internacional. Hay que agregar a este interés la reciente incorporación al museo de noventa obras de arte latinoamericano provenientes de la Fundación Patricia Phelps de Cisneros. Pero además este es un momento muy interesante del museo en relación a Latinoamérica, porque se da la presencia de muchos otros curadores trabajando en la institución en otros departamentos que, sin ser necesariamente latinoamericanos, han estado viajando por muchos lugares durante años y conocen muchísimo del arte latinoamericano. Entonces no es que designan a una curadora latinoamericana para que trabaje sola, en medio de un lugar donde nadie sabe nada, sino que es un espacio donde creo que va a haber mucha comunidad, mucho conocimiento y mucho intercambio.
– ¿Cómo va a integrarse tu trabajo en el departamento de arte latinoamericano del MoMA con la dirección del Instituto de investigaciones para el estudio del arte de América Latina que también vas a dirigir?
– Creo que si bien desde lo formal son dos actividades separadas, desde el trabajo en sí van funcionar juntas. Hay muchísima gente investigando en torno al arte latinoamericano, y a mí particularmente siempre me ha interesado el campo de la investigación y su interacción con otras áreas. Entonces algo que me parece muy importante es lograr esa interacción entre el museo y la producción de conocimientos. La idea es generar un espacio de estudios que pueda recibir investigaciones diversas, de las que esperamos, surjan después muchas muestras interesantes.
– ¿Cómo hacer para aprovechar esta coyuntura sin reducirse a esa idea homogénea de “lo latinoamericano”, en la que siempre se ha caído?
– Ese es el desafío más importante, sí, es algo a trabajar. Creo que la perspectiva que tenemos es justamente esa, la de poner de relieve esas diferencias que existen al interior del continente. Hay además muchos artistas que son muy importantes y que han estado esperando por mucho tiempo el reconocimiento de ingresar al museo, de ser mostrados. Pero además hay otras regiones que todavía no han sido exploradas y que me interesa explorar, porque creo que son una deuda pendiente, como los países de América Central y el Caribe.
– Teniendo en cuenta el trabajo que realizaste en la feria Arco Madrid el año pasado, y la naturaleza de la reciente donación de la Fundación Cisneros al MoMA. ¿Podemos esperar de esta nueva etapa una mayor presencia de arte latinoamericano contemporáneo en el museo?
– Creo que sí, que el hecho de que el museo haya optado para el puesto por una persona como yo, que me interesa y en general trabajo muy cerca de la producción más actual, tiene que ver justamente con eso, con un deseo no sólo por dar a conocer el arte moderno producido en Latinoamérica sino también el arte contemporáneo.